La cumbre climática en Brasil fue suspendida y sus instalaciones evacuadas tras desatarse un incendio.
El incendio ya fue controlado y, afortunadamente, no se registraron personas heridas. Por ahora, todavía se investiga qué fue lo que originó el siniestro.
Las actividades de la cumbre del clima COP30, que se celebra en Belém (Brasil), se vieron interrumpidas bruscamente tras desatarse un incendio. Alrededor de las 14:00 (hora local), los organizadores iniciaron la evacuación de miles de participantes debido a las llamas originadas en el área de los pabellones, muy cerca de donde se ubican las oficinas de la delegación española, lo que propagó un fuerte olor a humo en el recinto.
De acuerdo con el Gobierno del Estado de Pará y reportes del diario O Globo, el fuego comenzó en el pabellón de la India. Celso Sabino, ministro de Turismo, declaró a la prensa que la situación ya está bajo control y confirmó que no hay víctimas: "Los bomberos están aquí. No hay heridos. En unos minutos sabremos qué pasó y qué lo causó. Lo importante es que nadie resultó lastimado", afirmó.
En el lugar, que permanece a oscuras y sin suministro eléctrico, trabajan los bomberos en coordinación con la policía de la ONU y las fuerzas de seguridad brasileñas. Como primera medida para disipar el humo, los equipos de emergencia tuvieron que romper y abrir las carpas. Mientras tanto, continúan inspeccionando las instalaciones para determinar los siguientes pasos.
En el exterior, miles de asistentes esperan noticias sobre un posible reingreso, aunque ha surgido un malestar generalizado: los presentes denuncian que no se activó ninguna alarma de emergencia y que el desalojo se logró gracias a que los propios participantes se avisaron entre sí. Por su parte, la delegación española, liderada por la vicepresidenta Sara Aagesen, se ha reagrupado a las afueras del recinto y se ha confirmado que todos sus miembros están a salvo.
Este incidente se suma a las preocupaciones de seguridad previas. La semana pasada, la ONU, a través de su máximo responsable climático, Simon Stiell, envió una carta al Gobierno de Brasil exigiendo un plan de mejora para la infraestructura y la seguridad del evento. Dicha advertencia se produjo tras varios fallos, incluyendo la irrupción forzada de un grupo indígena en la zona de negociaciones, problemas con el sistema de aire acondicionado e inundaciones en los pabellones debido a las lluvias.
El siniestro ocurre en un momento crítico de las negociaciones, justo cuando se debatía la creación de una hoja de ruta para el abandono del petróleo, el gas y el carbón, causantes principales del cambio climático. Esta propuesta, impulsada por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, cuenta con el respaldo de unos 80 países, pero enfrenta una dura oposición de otros gobiernos que obstaculizan su aprobación.
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