El Metro de Quito servirá como plataforma para difundir Wawamor, una aplicación móvil diseñada para fomentar el desarrollo durante la primera infancia.
Durante un acto conmemorativo por el Día Mundial de la Infancia, coordinado entre Unicef y el Municipio de Quito, se presentaron estadísticas que exponen la realidad actual de los niños en la capital.
Desafíos y acciones por la niñez en el Día Mundial de la Infancia
El panorama para la primera infancia en Ecuador presenta cifras preocupantes: de los más de 1,3 millones de niños menores de cinco años en el país —incluyendo a 191.000 en Quito—, apenas seis de cada diez reciben la estimulación adecuada. A esto se suma un entorno marcado por la violencia intrafamiliar y la falta de acceso a controles de salud para más de la mitad de esta población. En la capital, la situación es particularmente crítica, con una desnutrición crónica infantil que afecta al 22%.
Estas estadísticas fueron el eje central de la conmemoración del Día Mundial de la Infancia, realizada este jueves en una estación del Metro de Quito. Jacques Ramírez, secretario de Inclusión Social, subrayó la urgencia de actuar y destacó que el Municipio destina cerca de $65 millones anuales a una política de primera infancia que busca garantizar el desarrollo integral, la educación y la protección social de los niños de cero a cinco años.
Ramírez aprovechó el espacio para contrastar la gestión local con la nacional, criticando que mientras el Gobierno central —según su visión— desmantela el área social y elimina ministerios, el Cabildo refuerza los derechos constitucionales.
Por su parte, Arturo Romboli, representante de Unicef, reconoció avances como el acceso a la educación básica y la reducción de muertes prevenibles, pero insistió en que falta mucho por hacer. Elogió a Quito por ser pionera en tener una política pública centrada en la niñez y destacó el lanzamiento de "Wawamor", una aplicación gratuita para guiar a padres y cuidadores en la crianza, la cual será promocionada activamente en las estaciones del Metro.
El mensaje final fue un llamado a la corresponsabilidad: proteger a la infancia requiere voluntad política para invertir más, familias que críen con respeto y una ciudadanía vigilante que no ignore la vulneración de los derechos de los niños.
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